miércoles, 18 de enero de 2012

Helmut Ditsch: “La pasión es peronista”


Helmut Ditsch, artista plástico nacional y popular.


Helmut Ditsch reniega de las galerías y el establishment del arte y asegura que “la obra de arte tiene que dialogar con el pueblo”. Por eso, el artista plástico argentino que rompió el record de Berni -cuando por su obra Mar II se pagaron 865.000 dólares-, expone en espacios públicos y escuelas. También dice cosas como esta: “Perón no fue simplemente un político, sino que fue un gran creador. Por eso sigue vivo hoy, junto con Evita. Sigue vivo Néstor. Y todos aquellos que hicieron política creativa, creando realmente algo nuevo, captando la añoranza del pueblo con una visión hacia el futuro”.

¿Qué pasa cuando vas con tu arte a las escuelas o a los espacios públicos?
Helmut Ditsch: Yo, por ejemplo, nunca había llevado una obra a una villa. Teníamos la experiencia de haber expuesto en las plazas y ahí había gente muy humilde, chicos que trabajan por la moneda limpiando vidrios, y es fantástico ver ese fenómeno artístico, como late el corazón de la gente ante el arte. Son chicos que jamás vieron una obra de arte, que no van al museo -ese lugar no es nuestro, la plaza es nuestra-. De hecho ningún niño, ningún anciano y menos un trabajador, cubre esos lugares. Con solo cobrar una entrada excluís a los más necesitados de arte. El que no tiene nada material busca todo el tiempo un complemento espiritual: el arte, la música, es el camino. Y eso es lo que se le quitó a la gente para oprimirla más todavía, para tenerla más controlada todavía. Creo que es una gran oportunidad para todos los artistas, ir a donde está realmente la gente, no hace falta ir a los museos porque ahí no está el pueblo, hay una elite.

Una elite que no pone un cuadro en una plaza porque supongo que pensarán: -estos grasas nos rompen todos los cuadros…
H.D.: Siempre que me decían cómo vas a hacer con la seguridad de las obras, yo les respondía: no hay problemas de vandalismo, son obras de arte y la gente cuando más humilde, más necesita de ese arte. Si eso es realmente arte, la gente lo respeta, no necesitás poner vallas, nada. Nadie te lo toca. Y fue así, siempre fue así. Fui a una escuelita de la villa La Cava y también llevé la obra, no me interesaba solamente dar una charla.

Me llamó mucho la atención una foto en que se ve una charla tuya con niños en una escuela y la obra está expuesta sobre dos cajones de manzana y apoyada contra una pared.
H.D.: Fue improvisado, simplemente pusimos la obra sobre lo que había en la escuela. La simbología de eso es fantástica: con tan poco, tanto efecto. Cuánto podemos movilizar, porque los chicos ven que los cajones de manzana sirven también para apoyar obras de arte. Encontrar la felicidad no es tan difícil, pero hay que hallar gente con amor y con bella energía, que es lo que estos chicos necesitan. Y mostrarles que todo es posible. Por ejemplo, ellos le preguntaban a la maestra si era verdad, porque no creían que yo iba a ir a su escuela. Y cuando estaba llegando, de afuera de la escuela, se escuchaban los gritos: Helmut, Helmut… Para mí eso es lo más, eso no se puede comprar. Y una de las preguntas que me impactó de los chicos fue: ¿Vas a volver a nuestra patria? Estos chicos humildes, que no tienen nada, saben lo que es patria. Eso me emocionó mucho y contesté: Por supuesto que voy a venir, no me quiero perder esto.

¿Qué te produce ver a Cristina?
H.D.: Es fabuloso, porque Cristina es realmente una persona fuera de serie, es un político de primer rango, con todas las capacidades tácticas necesarias para dirigir un país. Y es líder natural, con eso nacés. Y hay que tener muchas agallas para enfrentarse como mujer a un mundo de poder netamente masculino. Pero Cristina tuvo la suerte de tener a Néstor. Y Néstor y Cristina tuvieron la gran suerte de haber sido jóvenes peronistas y haber recibido la energía de Perón.

Parece que la energía de Perón marcó a muchos.
H.D.: Es esa energía que yo viví también en los años 70, cuando era niño. Y  que marcó fuertemente toda mi vida. La tragedia del 55, también fue una marca en nuestra familia, porque un tío mío, Gringo, que era taxista y estaba orgulloso de la Argentina por todo lo que había recibido del peronismo, fue una de las primeras víctimas del bombardeo a Plaza de Mayo. Después mi madre fallece muy joven, a los 33 años, un 26 de julio. Hay una mística en mi vida que me marca mucho. Recuerdo cuando llegó Perón y recuerdo que lloré cuando falleció Perón, de niño. Eso tiene que ver con energías que uno siente. Por eso cuando fallece Néstor pasa lo que pasa: la energía que se suelta atrás de esa tragedia se convierte en un gran motor inspirador. Cristina recibió esa energía por eso la vemos tan íntegra, no hay que olvidar que está en medio de un duelo. Yo perdí a mi esposa hace dos años y sigo viviendo la pérdida como una amputación, ella hace un año. Entonces esa tragedia se convierte en un gran impulso de una gran valentía, que la vida te impone. La vida te impone ser valiente, porque en esa situación, o te quebrás o sos valiente.

Y además es una mujer que conduce el movimiento.
H.D.: Brindo por eso, por esta nueva energía nacional que estamos viendo. Fijate que el peronismo siempre fue un movimiento, nunca fue un partido, y ese movimiento se siente hoy. Ni hace falta decir que es el peronismo, pero sabemos todos que es el peronismo verdadero, es el peronismo paladar negro. El peronismo está creado por generaciones nuevas, hasta Perón siempre lo decía: es necesario que las nuevas generaciones pongan su energía. Y es lo que está pasando.

Muchos tenemos una sensación de milagro ocurrido.
H.D.: Creo que esta vez estamos conscientes de que no nos van a poder separar. Nunca en la historia estuvimos tan seguros o tan protegidos como lo estamos ahora. Por eso vale la pena sangrar por esto, por eso vale la pena arriesgarse con las emociones y participar, sea del partido que uno sea, es hora de participar y de armar. Todos quieren armar y todos tienen buenas ideas, y, en el fondo, todos son peronistas, porque la pasión es peronista. En el sentido de que el peronismo es una filosofía de vida.

Entrevista: Rubén Fernández Lisso

Epigrafes o destacados:

Mis padres y mis abuelos, que eran inmigrantes europeos, eran marginados. Ellos llegaron en los años 20 y recién con Perón tuvieron sus derechos y pasaron de ser austríacos o alemanes, a ser peronistas. El peronismo significaba para ellos conciencia argentina. No hubo otro político, en este caso, otro creador, que le haya dado tan rápido una nueva identidad nacional a la gente como lo hizo Perón.

El FAN (Fábrica de Arte Nacional) va a ser un centro de inclusión de talentos de todas las disciplinas, donde planeo hacer un atelier trasparente para motivar y atraer a todo tipo de creador. Y que también sea una base para el pensamiento y la conciencia nacional. Durante mucho tiempo el intelectualismo trató de extirpar la raíz nacional.

En agosto de 2010, Ditsch batió el récord histórico de cotización para una obra de arte producida por un artista argentino: "Mar II" -perteneciente a su colección privada- fue vendida a una desarrolladora inmobiliaria de Andalucía, España, por u$s 865.000, superando el precio de venta del cuadro "Desocupados" de Antonio Berni.

Desde el principio de mi carrera siempre estuve afuera del sistema del establishment académico y comercial porque los dos van de la mano con una filosofía muy elitista, excluyente.

Las obras de arte siempre tenían un lenguaje universal y popular, no necesitaban la producción de ningún crítico y elevaban el corazón de cualquiera, de los pobres y de los ricos, de todos. Eso se cortó, por la evidente brutalidad del capitalismo financiero especulativo. 

A continuación, algunas obras del artista y una foto de una charla que dio Helmut en una escuela pública.





Tom Lupo: “El peronismo es una revolución pacífica”


Tom Lupo,  psicólogo, escritor, periodista, conduce el programa Noche tras noche en Radio Nacional. Comunicador de la cultura nacional.



“El peronismo es una revolución tan pacífica que las víctimas vinieron después, como castigo, y las víctimas fueron los mismos peronistas. En todas las revoluciones mueren los contrarios, en esta no”.

¿Es verdad que soñaste con Evita?
Tom Lupo: (Ríe) Sí, he soñado más de una vez con Evita, quizás tenga que ver con que en la primaria, uno de los libros más importantes para mí fue “La razón de mi vida”. Y yo me enamoré de ella, vi esa foto, esos ojos… Aparte, ella había pasado una vez por el Chaco y fue un torbellino. Años después Miguel Ángel Estrella (pianista clásico, embajador argentino ante la UNESCO) me contó una historia que me impresionó mucho, por lo que puede ser en la vida de un chico la presencia de una mujer tan importante. Evita estuvo en Tucumán, en el colegio donde estudiaba Miguel Ángel Estrella, y le preguntó: ¿Qué querés ser cuando seas grande? Y él le dijo: yo quisiera ser músico. Ella lo miró y le dijo: Yo voy a dar mi vida para que ustedes cumplan sus sueños. “Desde ese día cambió mi vida, me volví fanático de Evita”, me dijo.

El peronismo parece una fuente inagotable de historias fantásticas.
T.L.: Sí, fijate que mi pueblo que se llama Charata, en el Chaco, estaba dividido por las vías en dos pueblos: el de este lado y el del otro lado. Cada lado tenía su club de fútbol diferente y era diferente ser de un lado o del otro. Entonces, había que decidir dónde iba la escuela nueva y hubo tantas peleas, que decidieron hacer una de cada lado. Sinceramente, solo con el peronismo puede pasar esto. Y lo que yo soñaba era que Evita venía a nuestro colegio y estaba en el lugar donde jugábamos, que era un jardín maravilloso, con hamacas. Ella aparecía ahí.

También me llamó la atención tu fecha de nacimiento tan cercana al 17 de Octubre.
T.L.: Totalmente. Aparte, nací el mismo día en que se casaban Perón y Evita. Y además pasaba algo raro que era que yo sentía mucha admiración por Evita y en mi familia eran radicales. Y era bravo. Cuando murió Evita había que ir al colegio con luto si no, directamente, no entrabas. ¡Y mi familia me decía: de acá no salís con luto! Yo estaba en un conflicto muy grave para un chico: no podía salir de mi casa con luto y yo quería ir al colegio y ponerme el luto porque la amaba. Sentía una soledad terrible. Entonces mi abuelo, que era un genio, me compró una cinta aisladora y yo salía de mi casa sin luto y luego cortaba un pedacito de cinta aisladora, me lo pegaba en el guardapolvo y entraba con luto al colegio ¡Mirá que increíble! Después dicen que el peronismo es autoritario y no sé cuantas cosas más.

Pienso en tu relación con la comunicación y la cultura y me remonto al programa de radio Submarino Amarillo, en los lejanísimos ochenta.
T.L.: Bueno, ahí no sabíamos que iba a ser tan importante: llegaba con un demo gente como Soda Stereo, o los Redonditos de Ricota, sin el disco todavía; los Ratones Paranoicos, después con el tiempo, los Fabulosos Cadillacs. La verdad que yo me daba cuenta que eran buenos, qué música, decía. Muchos después me lo han recordado: yo debuté en tu programa, fuiste el primero. Pero realmente a mí me parece que fue casi un accidente: yo estaba en el lugar adecuado, en el momento adecuado, con cierta  sensibilidad.

Sí, cierta sensibilidad como para abrir la puerta
T.L.: Me gustaba la cultura nacional y me parecía legítimo que una banda que ensayó, que grabó -un demo era toda una producción casi industrial-, que tuviera por lo menos derecho a ser pasado alguna vez en la radio. Aparte yo ya era psicólogo y había estudiado bastante de comunicación y no podía evitar saber el daño que era que le roben a una generación la lengua. Que el 95% de la música sea en inglés era un robo terrorífico, el lenguaje es constitutivo del ser, es nuestra propia lengua. Y no estaba presente en la radio.

La cultura nacional y popular estaba censurada y era desconocida para algunas generaciones.
T.L.: Sí, yo en esa época había empezado a leer a Jauretche, Scalabrini Ortiz, Hernández Arregui, y a mí me maravilló eso. Aparte la juventud estaba en manos del comunismo, ser peronista era una cosa rara. Y me maravillaba con Jauretche y pensar el mundo desde acá, me parecía extraordinario. A mí también me gustaba mucho la poesía de acá y recibí la herencia de un gran militante que fue Haroldo Conti. Él fue profesor en la escuela donde yo estudiaba. Entró una tarde y dice: vengo a enseñar educación democrática, pero como eso no sirve para nada, yo preferiría leerles cuentos de autores latinoamericanos. Y se sentó en una tarimita y nos empezó a leer un cuento de Dalmiro Sáenz. Ese tipo me empujó a leer literatura latinoamericana. Yo venía de leer a los rusos, a Dostoievski, a los yanquis, y fue la pata que necesitaba para terminar de ensamblar mi relación con la cultura latinoamericana y nacional. Él era un militante de izquierda importante, él ya se estaba jugando en ese acto y después, como muchos sabrán, fue desaparecido por la dictadura.

Dicen que era un tipo entrañable.
T.L.: Extraordinario. Fijate que ahí se planteó la idea de cómo hacer para mejorar la vida de 30 o 40 estudiantes, cambiarles el destino aunque sea un centímetro. Algunos lo seguimos y otros no le dieron pelota, pero los que lo seguimos encontramos un nuevo mundo: nos hizo conocer a Walsh, a Cortazar, a Borges, eso te cambia la cabeza. A veces pienso si parte de lo que hice después, no fue devolverle este favor a Haroldo Conti. Hacer de posta, él hizo de posta. 

Bueno, en esa posta hay muchos que hoy cuentan el peronismo a los más jóvenes.
T.L.: Jorge Alemán es un psicoanalista argentino, un tipo que hace años vive en España. Él contó que explicaba a los españoles lo que significaba el peronismo en cuanto una revolución pacífica y sintió que lo escuchaban con atención. El relato del peronismo en otro país, bien contado, es algo extraordinario. Lo que él decía es que no existen antecedentes en la historia del mundo de una revolución tan pacífica, que produjera tan pocas víctimas. Es la verdadera revolución ¿quién puede negar que hubo un cambio en el acceso de las clases sociales al trabajo, a la educación? Etcétera, etcétera: el Estatuto del Peón, lo que quieras ponerle. Sobre todo la concepción de recuperar las empresas que eran extranjeras, la política de defensa de lo nacional. Eso fue una revolución en Latinoamérica. El peronismo fue una revolución tan pacífica que las víctimas vinieron después, como castigo, y las víctimas fueron los mismos peronistas. En todas las revoluciones mueren los contrarios, en esta no.

¿Creés que hoy que se dan nuevos pasos en esa revolución pacífica?
T.L.: Me parece que sí, que hay gestos que producen una impronta y una emoción que solamente se viven en los estadios revolucionarios o en la ilusión de que hay un cambio. Puede ser muy trillado, pero para mí sigue siendo virginal la orden de Kirchner: -Proceda, a Bendini, y la bajada de los cuadros de los represores. Eso fue inédito en nuestra historia. Si a eso le sumamos el no al ALCA, la reestatización de Aerolíneas, recuperar la plata de las jubilaciones, que era un robo increíble…

Eso es peronismo.
T.L.: Eso es peronismo, pero es un peronismo que además toma en cuenta los derechos humanos, que es un plus que se le agrega, porque no había esa problemática en la época de Perón. Los Kirchner le agregan algo extraordinario y van hasta el hueso. Es un peronismo extraordinario que además puede mostrar que fuimos hacia atrás, que retrocedimos, que fuimos robados por Menem porque eso no tiene nada que ver con el peronismo, fue una estafa al peronismo, una usurpación, y ese mismo movimiento recupera sus mejores banderas y realiza la política contraria a la que hizo ese pseudo peronista, restaña la herida que dejó el neoliberalismo y vuelve a construir otra visión. Sin duda, Néstor Kirchner y Cristina constituyen los mejores gobiernos desde Perón, yo no tengo ninguna duda.  

Es que, realmente, con el peronismo pasan cosas extraordinarias.
T.L.: Sí, y otra cosa extraordinaria es lo que está pasando en cuanto a la ciencia y la comunicación: La creación del Ministerio de Ciencia y Tecnología, la repatriación de más de 800 científicos y lo que significa Tecnópolis, habla de un pensamiento de futuro y de una visión estratégica singulares. Y me parece  fundamental la dimensión que tomó la comunicación pública. La creación de canales como Encuentro, Paka Paka e Incaa tv, permiten un desarrollo de nuestra cultura que estaba realmente ausente. Además, con la calidad actual de Canal 7 y de Radio Nacional han creado nuevos vínculos con gran parte de la población. En mi caso, es una alegría comprobar el crecimiento de Radio Nacional y poder, a través del programa en el cual trabajo, “Noche tras Noche”, poner en primer plano a nuestros artistas, nuestros escritores, nuestros músicos y nuestros poetas, es un acto de justicia con esa gran producción de nuestra gente y cuando hablo de nuestra gente incluyo a toda Latinoamérica, porque volvimos a sentir que el sueño de la Patria Grande está haciéndose realidad”.


Paula Penacca: “Macri gobierna para los empresarios y no para la gente”


Paula Penacca, referente política en la zona sur de la ciudad de Buenos Aires, militante de La Cámpora.



"A Macri no le interesa si en un derrumbe sufren un montón de familias, sino seguir beneficiando a esas corporaciones que nosotros estamos enfrentando desde las políticas del gobierno nacional".

Nacen las comunas y parece que el trabajo político en la ciudad va a ser intenso ¿cómo lo ves?
Paula Penacca: Es un muy buen momento, con toda esta organización que generó la elección de comunas y la conciencia de un montón de vecinos  de la ciudad de que hace falta agarrar al toro por las astas para poder empezar a retomar reivindicaciones propias de cualquier ciudadano porque queremos vivir bien en esta ciudad que, además, tiene presupuesto de sobra para que lo podamos hacer y queremos estar integrados al proyecto nacional que encabeza la Presidenta.

¿Por qué creés que Macri intenta quitarle poder a las comunas y a los comuneros?
P.P.: Es bastante claro y coincidente con su lógica política de achicar, de concentrar el poder, de no abrir a la participación, de tomar decisiones entre muy pocos que, la verdad, muchas veces terminan ocultando negocios y manejos espurios. Así quedó demostrado con toda la cuestión de los derrumbes que definitivamente tienen que ver con los intereses de los grandes negocios inmobiliarios. Macri gobierna para los empresarios y no para la gente, entonces no le interesa si en un derrumbe sufren un montón de familias, sino seguir beneficiando a esas corporaciones que nosotros estamos enfrentando desde las políticas del gobierno nacional.

¿Qué te hace sentir que Cristina, además de ser la Presidenta, sea la conductora del peronismo?
P.P.: Eso es maravilloso, es un orgullo inmenso. La verdad que lo que hace es potenciar las ganas de muchas militantes compañeras que venimos poniéndole el cuerpo a esto hace muchísimo tiempo y que a veces nos cuesta un poco encontrar espacio porque bueno, así está un poco marcada la cancha. Y con Cristina a la cabeza nos sentimos con mucha más fuerza y mucha más voluntad de meterle para adelante porque además vemos que no solo es una compañera desde la cual podríamos llegar a reivindicar alguna cuestión de género sino que es la más militante de todas, la más comprometida de todas, la más inteligente de todas, y eso nos llena de energía, también a los compañeros.