![]() |
Helmut Ditsch, artista plástico nacional y popular. |
Helmut Ditsch reniega
de las galerías y el establishment del arte y asegura que “la obra de arte
tiene que dialogar con el pueblo”. Por eso, el artista plástico argentino que
rompió el record de Berni -cuando por su obra Mar II se pagaron 865.000 dólares-,
expone en espacios públicos y escuelas. También dice cosas como esta: “Perón no
fue simplemente un político, sino que fue un gran creador. Por eso sigue vivo
hoy, junto con Evita. Sigue vivo Néstor. Y todos aquellos que hicieron política
creativa, creando realmente algo nuevo, captando la añoranza del pueblo con una
visión hacia el futuro”.
¿Qué pasa cuando vas
con tu arte a las escuelas o a los espacios públicos?
Helmut Ditsch:
Yo, por ejemplo, nunca había llevado una obra a una villa. Teníamos la
experiencia de haber expuesto en las plazas y ahí había gente muy humilde,
chicos que trabajan por la moneda limpiando vidrios, y es fantástico ver ese
fenómeno artístico, como late el corazón de la gente ante el arte. Son chicos
que jamás vieron una obra de arte, que no van al museo -ese lugar no es
nuestro, la plaza es nuestra-. De hecho ningún niño, ningún anciano y menos un
trabajador, cubre esos lugares. Con solo cobrar una entrada excluís a los más
necesitados de arte. El que no tiene nada material busca todo el tiempo un
complemento espiritual: el arte, la música, es el camino. Y eso es lo que se le
quitó a la gente para oprimirla más todavía, para tenerla más controlada
todavía. Creo que es una gran oportunidad para todos los artistas, ir a donde
está realmente la gente, no hace falta ir a los museos porque ahí no está el
pueblo, hay una elite.
Una elite que no pone
un cuadro en una plaza porque supongo que pensarán: -estos grasas nos rompen
todos los cuadros…
H.D.: Siempre que
me decían cómo vas a hacer con la seguridad de las obras, yo les respondía: no
hay problemas de vandalismo, son obras de arte y la gente cuando más humilde,
más necesita de ese arte. Si eso es realmente arte, la gente lo respeta, no
necesitás poner vallas, nada. Nadie te lo toca. Y fue así, siempre fue así. Fui
a una escuelita de la villa La Cava y también llevé la obra, no me interesaba
solamente dar una charla.
Me llamó mucho la
atención una foto en que se ve una charla tuya con niños en una escuela y la
obra está expuesta sobre dos cajones de manzana y apoyada contra una pared.
H.D.: Fue
improvisado, simplemente pusimos la obra sobre lo que había en la escuela. La
simbología de eso es fantástica: con tan poco, tanto efecto. Cuánto podemos
movilizar, porque los chicos ven que los cajones de manzana sirven también para
apoyar obras de arte. Encontrar la felicidad no es tan difícil, pero hay que
hallar gente con amor y con bella energía, que es lo que estos chicos
necesitan. Y mostrarles que todo es posible. Por ejemplo, ellos le preguntaban
a la maestra si era verdad, porque no creían que yo iba a ir a su escuela. Y
cuando estaba llegando, de afuera de la escuela, se escuchaban los gritos:
Helmut, Helmut… Para mí eso es lo más, eso no se puede comprar. Y una de las
preguntas que me impactó de los chicos fue: ¿Vas a volver a nuestra patria?
Estos chicos humildes, que no tienen nada, saben lo que es patria. Eso me
emocionó mucho y contesté: Por supuesto que voy a venir, no me quiero perder
esto.
¿Qué te produce ver a
Cristina?
H.D.: Es
fabuloso, porque Cristina es realmente una persona fuera de serie, es un
político de primer rango, con todas las capacidades tácticas necesarias para
dirigir un país. Y es líder natural, con eso nacés. Y hay que tener muchas
agallas para enfrentarse como mujer a un mundo de poder netamente masculino.
Pero Cristina tuvo la suerte de tener a Néstor. Y Néstor y Cristina tuvieron la
gran suerte de haber sido jóvenes peronistas y haber recibido la energía de
Perón.
Parece que la energía
de Perón marcó a muchos.
H.D.: Es esa
energía que yo viví también en los años 70, cuando era niño. Y que marcó fuertemente toda mi vida. La
tragedia del 55, también fue una marca en nuestra familia, porque un tío mío,
Gringo, que era taxista y estaba orgulloso de la Argentina por todo lo que
había recibido del peronismo, fue una de las primeras víctimas del bombardeo a
Plaza de Mayo. Después mi madre fallece muy joven, a los 33 años, un 26 de
julio. Hay una mística en mi vida que me marca mucho. Recuerdo cuando llegó
Perón y recuerdo que lloré cuando falleció Perón, de niño. Eso tiene que ver
con energías que uno siente. Por eso cuando fallece Néstor pasa lo que pasa: la
energía que se suelta atrás de esa tragedia se convierte en un gran motor
inspirador. Cristina recibió esa energía por eso la vemos tan íntegra, no hay
que olvidar que está en medio de un duelo. Yo perdí a mi esposa hace dos años y
sigo viviendo la pérdida como una amputación, ella hace un año. Entonces esa
tragedia se convierte en un gran impulso de una gran valentía, que la vida te
impone. La vida te impone ser valiente, porque en esa situación, o te quebrás o
sos valiente.
Y además es una mujer
que conduce el movimiento.
H.D.: Brindo por
eso, por esta nueva energía nacional que estamos viendo. Fijate que el
peronismo siempre fue un movimiento, nunca fue un partido, y ese movimiento se
siente hoy. Ni hace falta decir que es el peronismo, pero sabemos todos que es
el peronismo verdadero, es el peronismo paladar negro. El peronismo está creado
por generaciones nuevas, hasta Perón siempre lo decía: es necesario que las
nuevas generaciones pongan su energía. Y es lo que está pasando.
Muchos tenemos una
sensación de milagro ocurrido.
H.D.: Creo que
esta vez estamos conscientes de que no nos van a poder separar. Nunca en la
historia estuvimos tan seguros o tan protegidos como lo estamos ahora. Por eso
vale la pena sangrar por esto, por eso vale la pena arriesgarse con las
emociones y participar, sea del partido que uno sea, es hora de participar y de
armar. Todos quieren armar y todos tienen buenas ideas, y, en el fondo, todos
son peronistas, porque la pasión es peronista. En el sentido de que el
peronismo es una filosofía de vida.
Entrevista: Rubén
Fernández Lisso
Epigrafes o destacados:
Mis padres y mis abuelos, que eran inmigrantes europeos,
eran marginados. Ellos llegaron en los años 20 y recién con Perón tuvieron sus
derechos y pasaron de ser austríacos o alemanes, a ser peronistas. El peronismo
significaba para ellos conciencia argentina. No hubo otro político, en este
caso, otro creador, que le haya dado tan rápido una nueva identidad nacional a
la gente como lo hizo Perón.
El FAN (Fábrica de Arte Nacional) va a ser un centro de
inclusión de talentos de todas las disciplinas, donde planeo hacer un atelier
trasparente para motivar y atraer a todo tipo de creador. Y que también sea una
base para el pensamiento y la conciencia nacional. Durante mucho tiempo el
intelectualismo trató de extirpar la raíz nacional.
En agosto de 2010, Ditsch batió el récord histórico de
cotización para una obra de arte producida por un artista argentino: "Mar
II" -perteneciente a su colección privada- fue vendida a una
desarrolladora inmobiliaria de Andalucía, España, por u$s 865.000, superando el
precio de venta del cuadro "Desocupados" de Antonio Berni.
Desde el principio de mi carrera siempre estuve afuera del
sistema del establishment académico y comercial porque los dos van de la mano
con una filosofía muy elitista, excluyente.
Las obras de arte siempre tenían un lenguaje universal y
popular, no necesitaban la producción de ningún crítico y elevaban el corazón
de cualquiera, de los pobres y de los ricos, de todos. Eso se cortó, por la
evidente brutalidad del capitalismo financiero especulativo.
A continuación, algunas obras del artista y una foto de una charla que dio Helmut en una escuela pública.