
El Secretario de Justicia de la Nación tiene 29 años, milita en La Cámpora y fue abogado de la Juventud Sindical. Ahora, Cristina le asignó una importante responsabilidad: ser el nexo entre el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial.
Hay una relación muy fluida entre los sectores de la juventud peronista, como la llamó Cristina, la juventud peronista del Bicentenario, ¿cómo lo ves?
Alejandro Julián Alvarez: Este es el legado de Néstor. Él siempre decía que había que armar una mesa de juventudes, con todas las escalas de la juventud: secundarios, universitarios, trabajadores, organizaciones sociales, los territorios. Ese mandato que iba proliferando por todos lados hizo que todos los jóvenes comenzáramos a comprender que es necesaria la unión, que por ejemplo en los setenta no existía. Esto que Cristina decía en el acto del Luna Park, sobre qué país hubiésemos tenido si hubiésemos estado todos juntos, creo que hoy se está dando en forma total. La relación que hoy existe entre La Cámpora, el Movimiento Evita y la Juventud Sindical hace que podamos hablar de juventudes. Y no es cierto lo que quieren hacer creer los medios sobre la espontaneidad del acercamiento de los jóvenes para respaldar al gobierno nacional, nosotros tenemos una juventud organizada. Quieren hacer aparecer la participación de la juventud como una cuestión de moda, parece que quisieran que un militante de La Cámpora vaya al Gran Hermano. Esto no es una moda, es producto de la organización y un modelo de país con el que los jóvenes nos sentimos identificados y representados.
Además, este gobierno promueve el protagonismo de los jóvenes en puestos de decisión política.
A.J.A.: Lo primero que comprendí es que el llamado no fue personal, a mí, el llamado fue a un joven. Por eso siento que este cargo no honra a mí persona sino a una generación. Fue el llamado a un joven que encuadre en los requisitos que necesita un Secretario de Justicia, que tenga formación jurídica, que tenga conocimiento de qué se trata la Secretaria de Justicia.
Postular a un joven que no proviene de la carrera judicial para un cargo tan importante en la relación entre el gobierno y la justicia parece querer incorporar aire fresco…
A.J.A.: Significa profundizar lo que se viene haciendo y nosotros podemos aportar mucha energía. Aunque ser joven o ser viejo no significa nada, en ese sentido, Néstor era más joven que cualquiera de nosotros. El espíritu renovador no lo da la edad sino las condiciones, los ideales y la fuerza que uno tenga para llevarlos adelante. Y nosotros como grupo tenemos muchas convicciones, mucha fuerza y la necesidad de llevarlas adelante. No venimos a buscar réditos personales.
De todos modos supongo que el día que te llamaron para ofrecerte el cargo alguna sensación personal habrás tenido.
A.J.A.: En lo personal sentí mucha emoción. Y no podíamos creer que con esta línea de coherencia que mantuvimos nosotros siempre, nunca nos comimos ninguna curva y siempre fuimos despacito para el mismo lugar, tengamos este reconocimiento. Un reconocimiento que nos brinda una persona de la talla de Cristina. Yo creo que en ningún momento político de los últimos treinta años podría haber pasado algo similar. Uno escucha hablar de todas las maniobras, de las roscas que se hacen para llegar a los distintos espacios de poder y nosotros con coherencia, militancia y convicción logramos este reconocimiento. Sí, la emoción es enorme. Otra cosa que me pasó fue que no podía creer que Cristina supiera quién soy y piense en mí. No puedo creer que esta mina que le cambió la vida a 40 millones de argentinos, que escribe la historia e hizo un quiebre trascendental en nuestro país, esté pensando en nosotros.
¿Qué te pidió Cristina?
A.J.A.: Me pidió profundizar el modelo, que seamos creativos, que trabajemos mucho y con responsabilidad. Las tareas son muchas y la fundamental es ser el nexo entre el poder ejecutivo y poder judicial. El objetivo es tener un canal fluido de diálogo. También tenemos tareas más específicas como por ejemplo la Oficina de Trata de Personas que hoy es un tema muy importante que está en discusión, tanto por situaciones de abuso sexual como trabajo esclavo. También tenemos el Servicio Penitenciario Federal y las reformas de los códigos Penal y Procesal. Son temas que hay que tratar y es fundamental la relación con la Corte Suprema. También con el Procurador General.
¿Cómo estás viviendo la tarea siendo un funcionario tan joven?
A.J.A.: Lo que me pasa es que yo los conozco a todos y de ellos no me conoce ninguno (risas). Pero la verdad es que hay mucho respeto y veo a todos contentos de ver un joven. Nosotros estamos muy abiertos a las ideas y a conversar, no venimos a hacer una gestión sin diálogo. Todo lo contrario, venimos a conversar, a ver, a pensar, a formar opinión con concepciones que nosotros ya tenemos. Tenemos un ideal de lo que queremos que sea la Justicia.
La Juventud Sindical organizó un ciclo de formación política en el que participaron muchísimas personas destacadas en sus tareas y en el compromiso por vivir en una sociedad más justa ¿Qué conclusiones que sacás?
A.J.A.: Allí hicimos mesas de hijos, de abuelas, estuvieron Horacio Verbistsky, Ricardo Forster, Norberto Galasso, casi todos los ministros del poder ejecutivo, mucha gente aportó. Y muchas veces surgía la frase “qué país que tenemos”, porque si en los setenta hubo fuertes contradicciones, hoy es algo que no existe. La Juventud Sindical una de las principales banderas que reivindica son los derechos humanos. Hoy apoya el modelo tanto el movimiento obrero organizado como la clase política y la columna vertebral del movimiento son los trabajadores. Estamos todos tirando para el mismo lado. Esto es porque hay una línea política clarísima, están las convicciones y están los ideales. No podríamos haber organizado el curso de capacitación política si no existiese una excelente relación entre todos. Verbitsky se sorprendía y decía: que se haga este curso es increíble. Lo decía también Forster: “Qué lindo país que hace que yo pueda venir a hablar a la CGT”. No se puede creer este país que tenemos.
¿Llegaremos a decir qué país justo?
A.J.A.: Tenemos que llegar. Todos los días llegamos un poquito más, todos los días tenemos un país un poquito más justo. ¿Nos podríamos haber imaginado este país en el 2001?
La verdad es que yo no me lo podía imaginar ni siquiera en el 2003.
A.J.A.: Eso significa que todavía no nos podemos imaginar el país que vamos a tener en el 2020. Estamos en la tarea de multiplicar, la verdad termina ganando. Y eso se va demostrando en el contagio que hay en nuestra sociedad, es un contagio real: lo que pasó en el Bicentenario, lo que pasó en el fallecimiento de Néstor, son hechos históricos, son diecisietes de octubre. Los dos Luna Park que hizo la juventud en menos de un mes ¿era pensable en el 2001? Es la misma juventud que estaba descreída de la política. Mis amigos del barrio, de Remedios de Escalada (soy hincha de Talleres, ponelo); hace diez años, cuando yo empezaba a militar si hablada de política, me decían: dejá, no me interesa. Hoy no existe una reunión donde los chicos no discutan política. Se volvió a discutir de política. Discutir política es democracia y eso es hermoso.
Alejandro Julián Alvarez es abogado, tiene una maestría en Filosofía del Derecho y es especialista en Derecho de Daños. Es docente en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA) -de donde egresó-, consejero titular del Consejo Consultivo del Departamento de Filosofía del Derecho y miembro activo de la Sociedad Argentina de Análisis Filosófico y de Abogados por la Justicia Social (AJUS).
Destacados:
“Lo que pasó en el Bicentenario, lo que pasó en el fallecimiento de Néstor, son hechos históricos, son diecisietes de octubre. Los dos Luna Park que hizo la juventud en menos de un mes ¿era pensable en el 2001?”
“Hoy no existe una reunión donde los chicos no discutan política. Se volvió a discutir de política. Discutir política es democracia y eso es hermoso”.
“Muchas veces surgía la frase ‘qué país que tenemos’, porque si en los setenta hubo fuertes contradicciones, hoy es algo que no existe”
“La participación de la juventud no es una moda, es producto de la organización y un modelo de país con el que los jóvenes nos sentimos identificados y representados”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario