
Carlos Barragán es guionista, músico y periodista. Sus canciones lo convirtieron en un símbolo de 678. Allí, canta la realidad para ayudar a “romper la máquina de la fábrica del periodismo independiente” porque “nos enajenaron, nos hicieron creer que había un clima de oposición absoluta al gobierno”.
¿Cuándo empezaste con las canciones?
Empezó hace mucho tiempo, años, pero obviamente cuando aparecés en la tele tiene otra repercusión. Además, porque 678 funcionó de una forma increíble. Y las canciones funcionaron para un montón de gente que las estaba necesitando.
A mí, particularmente, la canción La mierda oficialista, me puso la piel de gallina y me dio una emoción muy grande. Sentí que expresaba el sentimiento de muchos.
Sí, fue raro, a mí también me sorprendió que la gente lo recibiera así. Puede ser que uno haya captado algo que estaba en el aire, por eso pasó lo que pasó. Fue muy fuerte, como un cimbronazo. Yo vivía lo mismo que vos y muchos: me sentía solo, estábamos solos, éramos una mierda, no había nadie que estuviera de acuerdo con el gobierno, todos decían que todo era una mierda y yo salía corriendo a casa para ver 678, era el único lugarcito donde uno decía: bueno, no estoy loco. Pero había también una situación psicológica, no solo política, porque nos enajenaron. El clima que nos hicieron creer que había era de oposición absoluta al gobierno. Entonces, cuando apareció La mierda oficialista funcionó como un detonante: explotó el facebook, se produjo la autoconvocatoria, aparecieron las banderas que decían yo soy la mierda oficialista. Fue un momento increíble y lo que más me gustó fue que extendió la sensación de que no estamos solos, fue como un salvataje.
Y ahora “la gente” dice que hacés periodismo militante ¿cómo te llevás con eso?
En mi caso puede ser, porque yo me encuentro con Wirtz y me ofrece ir a Duro de Domar. Yo le dije que no quería, que quería ir a 678. El trató de convencerme de que 678 era complicado en 2009, que me iban a matar todos, que iban a decir que era una mierda de gente, corrupto y qué se yo. Pero yo me sentía bien, ya había empezado en Rock and Pop, con lo poquito que se podía hablar, porque a la Negra no le gustaba hablar de política -por lo menos en ese tiempo-, cuando se armó el bardo con el campo. Y yo ahí me decidí, hasta ese momento apoyaba tibiamente al gobierno, un apoyo más crítico que apoyo, pero a mí me convenció la piña de Delía. Al revés que a los demás, cuando Delía le pegó la piña al tipo y vi la movida de todos los medios, lo que empezó a hacer Clarín, que se quería llevar puestos a los que eran mucho mejores que lo que yo pensaba, salí a defender con lo que tenía. Y, claro, empecé a recibir andanada de críticas e insultos.
Así que llegaste a 678 entrenado
Sí, no me da vergüenza lo que creo y no tengo prejuicios porque no soy un periodista en el sentido clásico. Además, descubrir que te mienten no es tan complicado, mostrar donde están manipulando la información, lo que están escondiendo, lo que están inventando es bastante fácil. El tema es si tenés ganas de decirlo y podés tener a todos esos tipos en contra. Yo soy más militante que periodista y al mismo tiempo creo que 678 es como los tipos que rompían las máquinas en Inglaterra durante la Revolución Industrial: 678 rompió la máquina de la fábrica del periodismo independiente.
Hay que decir que además de periodista militante sos un periodista irreverente
Yo siempre pienso en Morales Solá, que se nos rió en la cara los últimos cuarenta años. Nos faltó el respeto y se caga de risa de todos cada vez que escribe un editorial. Entonces ese señor no nos respeta. Entonces, yo le escribí una canción muy respetuosa que no le gustó.
Todos sabemos que la situación que vivieron ustedes en 678 fue mucho más agraviante que la que viven los escribas del monopolio que no paran de cacarear.
Ni hablar, son unos dementes. Y encima después pueden Tenembaum, Lanata, que son muy repetuosos, cagarse de risa de las Madres y las Abuelas, tratándolas de compradas, corruptas, o como boludas que son utilizadas porque se dejan engañar. Eso es una falta de respeto grave.
¿Qué ves en Cristina?
Cristina es una puerta enorme que se nos abrió en el país de una manera de lo más inesperada y no sé si nos merecemos a Cristina y a Néstor. Nuestra dirigencia política tiene que demostrar que está a la altura de ellos dos. Cristina es un milagro, una puerta al cambio social, al cambio cultural, a un país mucho mejor que lo que tenemos. Hay que usar a Cristina de trampolín, tiene que ser nuestra base de lanzamiento del gran cohete argentino.
Destacado:
“Descubrir que te mienten no es tan complicado: El tema es si tenés ganas de decirlo y podés tener a todos esos tipos en contra”.
“Lo que más me gustó de La mierda oficialista fue que extendió la sensación de que no estamos solos”.
“Cristina es un milagro, una puerta al cambio social, al cambio cultural, a un país mucho mejor que lo que tenemos”.
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